Nosotras, nuestro día, nuestro mundo. Empoderadas en el Día de la Mujer.

El discurso feminista parece estar cada día más presente, en la calle, en el café, en la cultura… quizá haya sido desde el mundo del cine desde donde haya detonado el movimiento que este año rodea al día de la mujer. Quizá nosotras hayamos decidido dejar de quejarnos en silencio, quizá nosotras hayamos decidido dejar de fijarnos en las cosas que nos diferencian a unas de otras y centrarnos en lo que nos une, quizá nosotras hoy protagonicemos la mayor manifestación feminista de la historia… quizá

No sabemos cuando alcanzaremos la paridad que buscamos, la igualdad en el trabajo, en las responsabilidades y en los salarios, la igualdad entre hombres y mujeres a nivel mundial; es un largo camino. Lo que SI sabemos es que este año estamos un poquito más cerca y que da la impresión de que poco a poco vamos alzando la voz, por fin, unidas.

Unidas como lo estuvieron las mujeres por las que cada 8 de marzo celebramos el Día de la Mujer Trabajadora. En 1977 la ONU lo declaró oficialmente, conmemorando un trágico suceso acaecido en 1911. La fábrica de camisas Triangle Shirtwaist ardía en el centro de Manhattan durante la madrugada con centenares de mujeres que trabajaban en el interior de aquel edificio de diez plantas, ante el horror general. 146 mujeres de entre 17 y 45 años murieron aquella noche, pasto del fuego o tratando de escapar saltando por las ventanas del edificio, del que no podían salir porque los propietarios habían bloqueado todos los accesos para evitar robos en su interior, una práctica común en la época.

Incendio día de la mujer
Incendio en la fábrica de confección Triangle Shirwaist, barrio de Manhattan, Nueva York, 25 de marzo de 1911.

La mayoría de las mujeres que fallecieron era jóvenes inmigrantes procedentes de los países del este de Europa e Italia, que se ganaban la vida precariamente en el taller. Su sacrificio no fue en vano. Después de esta tragedia, las leyes estadounidenses comenzaron a regular normativas de seguridad en el trabajo y la visibilidad de las mujeres trabajadoras ya no tendría fin. Habían dado el pistoletazo de salida.

Hoy, 107 años después casi parece mentira que las desigualdades en el mundo laboral entre  hombres y mujeres sigan existiendo, que aún existan lugares donde mujeres sean explotadas en el sector textil con jornadas de más de 10 horas, como las que padecían aquellas que cayeron en Nueva York.

 

El camino que nos queda por delante es lento, quizá demasiado lento, pero seguro y firme, cada vez más firme. En ocasiones el camino del feminismo es pesado, como recorrer el mismo camino que recorren los hombres pero cargadas con una pesada mochila.

Cuando se piensa en las injusticias que a menudo nos rodean viene a la mente la fábula de la liebre y la tortuga: en algún momento, mientras los hombres dormitan en sus puestos de poder, relajados y confiados de su situación, nosotras avanzaremos, paso a paso, lentamente pero sin detenernos hasta, por lo menos, empatar la carrera, que es de lo que se trata. Todos juntos, mujeres y hombres, a favor de una igualdad real.