La lucha por la igualdad de género en el deporte

Premios mujeres que brillan

Hoy nos gustaría centrarnos en otro ámbito de lucha de las mujeres, la igualdad de género en el deporte. Como en muchas otras áreas laborales, la igualdad entre hombres y mujeres es complicada, también si nos referimos al ajedrez. Daremos buen ejemplo presentando a una figura relevante en la actualidad en esa causa, la ajedrecista Anna Muzychuk.

Podríamos decir que Anna vino al mundo con un ajedrez bajo el brazo. Nacida en Ucrania en una familia de ajedrecistas, parece que no podía ser de otro modo. Hemos tenido la oportunidad de hablar con ella en un evento recientemente celebrado por “Gente que brilla”, donde recibió el premio Mujeres que brillan de Iberdrola por su aportación a la igualdad de género en el mundo del deporte.

Ella misma relataba cómo fueron sus comienzos en el ajedrez. Con tan solo tres años su padre le enseñó a jugar, algo que recuerda con ternura. Puede que parezca difícil de explicar a un niño, pero tanto ella como su hermana aprendieron de una forma muy peculiar que ella misma nos cuenta.

“Había un parque al lado de nuestra casa; el suelo estaba hecho de baldosas que mi padre comparaba con un tablero de ajedrez en el que jugábamos a movernos según los movimientos de las diferentes piezas. Era muy divertido hacer el movimiento del caballo teniendo que saltar aquellas baldosas siendo tan pequeña. Era un entrenamiento que vinculaba perfectamente la parte mental con la física y nos permitía salir de casa a jugar”.

Desde entonces, nunca ha dejado de dedicarse al ajedrez ni de ganar premios en dicho deporte. Con tan solo cuatro años, jugó sus primeros torneos compitiendo contra niños de diez, donde ganó su primer diploma. Con cariño cuenta que esuno de los trofeos que recuerdo con más ilusión, un diploma que paseé orgullosa por toda la ciudad”.

A partir de ahí, desarrolla una carrera imparable, siendo campeona de Europa en la categoría de menores de siete años y campeona mundial en las categorías para menores de dieciséis y veinte años. No ha dejado de crecer y, junto con su hermana, son dos mujeres que pueden presumir de  vivir dedicadas al ajedrez. No obstante, la diferencia respecto a los hombres que se dedican a este deporte es enorme; ellas ni siquiera pueden permitirse tener un entrenador fijo. Las cuantías en premios en el circuito femenino no llegan ni siquiera a la mitad de las de sus compañeros.

Premios mujeres
Anna Muzychuk con el resto de premiados

Del ajedrez ha extraído la mayoría de los valores por los que rige su vida: ayuda a los niños a ser más disciplinados, ayuda con su memoria y creatividad e incluye valores como el respeto de los adversarios o la responsabilidad, puesto que la partida solo depende de uno mismo. “Todos esos valores que aprendí con el ajedrez los he aplicado a mi vida real”, afirma.

Esta fortaleza y creencia en sus valores fue lo que la hizo no participar en el último mundial de ajedrez, celebrado en Arabia Saudí. La normativa del concurso obligaba a las mujeres a vestir la abaya y a estar siempre acompañadas por un hombre. En ese momento, Anna se niega a participar por no sentirse en condiciones de igualdad y ser considerada como una persona de segunda categoría. Con esta decisión perdía automáticamente su posición como campeona mundial al no poder revalidar el título, algo que ella misma describe como una situación muy triste.

Su conclusión a este respecto la relataba en una frase muy tajante en nuestro evento: “Fue muy triste perder mis dos títulos, pero lo hubiera sido mucho más perder la dignidad”.