El pasado jueves Iberdrola entregó los premios “Mujeres que brillan” con el ánimo de promover un manifiesto por la igualdad, responsabilidad de todos. Los premios fueron otorgados a diferentes personalidades, como Margarita Álvarez, directora de Comunicación y Márketing de Adecco e impulsora del Observatorio Innovación en el Empleo; la filósofa y defensora de los derechos de las mujeres Amelia Valcárcel; la periodista Montse Domínguez; el escritor y hombre feminista Isaías Lafuente; y la ajedrecista Anna Muzychuk, encargada de reivindicar la igualdad en el deporte.
Queremos hacer un pequeño repaso de cómo nuestros invitados se han alineado con las máximas que proponemos en nuestro manifiesto.
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Nos oponemos a cualquier tipo de discriminación por razón de género y pedimos su persecución por las entidades y su denuncia por las víctimas.
Amalia Valcárcel nos habló de cómo la mujer se ha ido transformando en nuestra sociedad, dando poco a poco pasos para denunciar su situación. “En Europa tenemos varios frentes abiertos; si nos dejamos llevar por la marea de la historia podemos decir que estamos en nuestro mejor momento y que seguimos como siempre, y ambas cosas serán verdad. Las mujeres feministas tenemos un importante papel en la transformación, es nuestro deber prever el futuro y asumir los desafíos”.
Alguien que, sin duda, ha querido asumir este desafío es Anna Muzychuk, dando una lección importante al mundo entero sobre cómo defender los valores de la mujer denunciando las desigualdades ante un público mundial. “El ajedrez ha jugado un papel muy importante en mi vida y me ha enseñado grandes valores; es un deporte que ayuda a los niños a ser más disciplinados, favorece su memoria y creatividad, y enseña a respetar a los adversarios y la responsabilidad, puesto que la partida solo depende de ti mismo. Todos esos valores que aprendí con el ajedrez los he aplicado a mi vida real”.
“Y de ahí parte mi decisión de no acudir al mundial de ajedrez organizado en Arabia Saudí. Un campeonato en el que debía defender mis dos títulos mundiales conseguidos el año anterior, pero a pesar de esto no podía transigir ante las exigencias de la organización hacia el colectivo de mujeres participantes. Con esto, perdí inmediatamente mis dos títulos mundiales. Fue muy triste, pero sería aún más triste perder mi dignidad.”
Pero, ¿cómo dar voz a todas las mujeres que necesitan ser visibles y no cuentan con el respaldo de su presencia pública? Para eso tuvimos a Montserrat Domínguez, que asumía su responsabilidad desde el mundo del periodismo: “Nuestra carrera es diferente porque recorremos los mismos caminos con una mochila que pesa mucho más y con bastantes más trabas. Las mujeres que trabajamos en los medios de comunicación tratamos de utilizar esa situación privilegiada que tenemos para enfocar las noticias desde la igualdad. Esta sociedad aún tiene mucho por hacer, pero es importante encontrar a todas esas mujeres valiosas que no llegan a aparecer públicamente porque están ocultas tras las posiciones de poder ocupadas por los hombres. Eso es parte de nuestra responsabilidad”.
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Abogamos por un compromiso firme con la igualdad que se traduzca en medidas reales por parte de instituciones y empresas para acabar con la brecha salarial de género.
Un gran ejemplo de cómo triunfar en la empresa siendo mujer llegó de la mano de Margarita Álvarez: “Creo que hemos avanzado y se normalizan más las situaciones que ya de por sí deberían ser normales. Las mujeres son más de la mitad de la población mundial y esto no se extrapola a la vida laboral, donde aún existen situaciones del siglo pasado. Nunca me centré en pensar si lo que yo hacía mientras trabajaba era diferente por ser una mujer. La realidad dentro de la empresa va avanzando, pero aún sigue siendo un mínimo. En las reuniones de directivos siempre somos 2 o 3 mujeres entre 20, y esa es la realidad laboral. Para que desaparezca el techo de cristal, debemos empezar a actuar, no basta con pensar, hay que HACER”.
“La paridad llegará de verdad cuando nos encontremos a mujeres mediocres en puestos altos”
Del mismo modo, Amalia Valcárcel denunciaba cómo nuestro acceso a determinados puestos está siempre sesgado. “Los sistemas de poder son de cooptación, hay un “colegio invisible” que decide quién da el perfil adecuado y las mujeres, curiosamente, tienen una tendencia innata a no dar el perfil. No se puede opositar a líder mundial ni a sabio… y aquí no nos dejan entrar. El feminismo tiene el deber de interrumpir estas dinámicas”.
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Reivindicamos a las administraciones públicas, organizaciones y empresas, iniciativas de apoyo y control para impulsar el acceso a ellas con las mismas oportunidades profesionales para mujeres y hombres, y que éstas se cumplan.
Isaías Lafuente fue el encargado de poner la nota masculina a nuestro manifiesto, porque también es responsabilidad de los hombres defender que las oportunidades entre hombres y mujeres se igualen: “Debemos preservar el sentido de la justicia y tratar de mantener la dignidad. Defender una sociedad donde las mujeres no son capaces de llegar donde de verdad deberían estar no es digno. He crecido en una sociedad en la que el machismo era la normalidad y, dado que venimos de ese punto, solo podemos decir que estamos mucho mejor que hace 40 años, pero no se trata de estar mejor sino de estar bien”.
“Tenemos la oportunidad de utilizar las cuotas de igualdad para acelerar la historia. No podemos estafar a esas nuevas generaciones de niñas a las que decimos que, si estudian, triunfarán y tendrán los mismos derechos que los hombres”.
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Pedimos la adhesión a este manifiesto de colectivos, compañías, asociaciones y personalidades de distintos ámbitos de la vida pública y el apoyo y difusión del mismo a través de Internet y la redes sociales.
La desigualdad es cosa de TOD@S
#Igualesdesdeladiferencia
Únete al cambio firmando nuestro Manifiesto por la Igualdad
