Yo soy amigo de los mayores

 

Vivimos en una sociedad en la que nuestros mayores tienden a quedarse a un lado. En España hay casi dos millones de personas mayores que viven solas. Muchos de ellos tienen que acudir a las administraciones para recibir asistencia siendo para ellos la soledad la peor de sus enfermedades. #SoyMayorSoyComoTú es una campaña que, además de reclamar un papel activo de las personas mayores en la sociedad, intenta dar visibilidad a este problema el cual no podemos, ni debemos olvidar. Su mensaje es directo: dar visibilidad a los deseos, inquietudes y derechos de nuestros mayores, los cuales no caducan al cumplir los 65 años.

También reclaman a la sociedad un cambio de actitud hacia ellos, desterrando estereotipos que asocian vejez con incapacidad, enfermedad o tristeza y que conducen a la exclusión y la soledad no deseada, al tiempo que solicitan el fomento de herramientas ciudadanas y colaborativas, como el voluntariado, que faciliten un papel activo y protagonista.

“Ella es mi nieta adoptiva”
Los voluntarios juegan aquí un papel fundamental. En muchos casos, los mayores no tienen familia cercana o, por diversas circunstancias, están solos día tras día, sin ninguna ayuda para cosas tan básicas como el aseo, acudir al médico o charlar unos minutos y sentir el calor y el cariño. Carlota es voluntaria de la Fundación Amigos de los mayores, una vez a la semana visita a Anunciación, una persona de 90 años. Esta joven abogada granadina, pero residente en Madrid, tiene claro cuál es unos de los grandes problemas de la sociedad actual: “Estamos en la sociedad de las multitareas, siempre estamos muy ocupados y cuesta sacar tiempo para dedicarlo a los demás. En ciudades grandes como Madrid, por ejemplo, sí existen programas de ayuda como en el que participio, pero en otros puntos de España no, y allí también los mayores sufren la soledad. Hoy en día vamos con prisa siempre y priorizamos más los compromisos sociales o laborales que ayudar más. Hay veces que prestamos más atención a las redes sociales que a nuestros mayores.

Anunciación y Carlota

Ella lo tiene claro. Por eso, después de colaborar como abogada pro bono gratis, se embarcó con su novio en el proyecto de la fundación Amigos de los mayores. Desde pequeña sus padres la educaron con unos valores en los que las personas mayores debían ser amadas y respetadas. “Cada día la sociedad está más individualizada, prima uno mismo, y yo estoy educada en otros valores. Mi abuela vivió con nosotros y estuvo muy bien atendida. En mi caso, por ejemplo, soy hija única; mis padres viven en Granada y yo en Madrid, me da pánico pensar que se pongan malos o les pase algo y yo no pueda estar con ellos”.

“El egoísmo es uno de los males de este siglo”
Una vez a la semana ambas pasan la tarde juntas, van a comprar, al banco o simplemente charlan de la vida, de las noticias, de lo que han hecho en el día a día. Se escuchan y se hacen compañía mutuamente; “nos creemos los dueños del mundo, no tenemos en cuenta la experiencia de los mayores. No nos acordamos de dónde venimos, ellos han vivido el cambio, hay mucho que aprender de ellos”. Anunciación le recuerda como pasó la guerra y cuando se tuvo que marchar al pueblo con su abuela para poder sobrevivir. Con 90 años y tres hijas, Anunciación se quedó viuda hace 12 años. Sus hijas sí se ocupan de ella, pero el día a día les hace imposible atenderla. Recibe ayuda de las administraciones para limpieza y aseo personal, pero la que más valora es la que le brinda Carlota, como ella dice una nieta más; “me da alegría, compañía, nos vamos de paseo, me acompaña al médico… Como yo digo, entre las dos superamos los 100 años y eso aporta mucho”. Carlota es puntual a su cita pero, si alguna vez no llega, Anunciación no tarda en llamarla para preguntarle qué le pasa. Es su pequeña ilusión cada semana. Es la mezcla de dos generaciones muy distintas, que se complementan a la perfección. El tópico del voluntariado que asegura que recibes más de lo que das se cumple al 100% en iniciativas como ésta. Ellos, nuestros mayores, tienen mucho que decir aún y las generaciones futuras mucho más que aprender.