La heroína de “We can be heroes” consigue 30.000 euros para investigar sobre el cáncer de mama y el embarazo

Con 27 años, Ana fue diagnosticada de cáncer de mama. Tenía toda la vida por delante y no iba renunciar a ello. Cinco años después ha superado la enfermedad. Su lucha contra el cáncer le ha llevado a fundar “We can be heroes”, una asociación creada para ayudar a las miles de mujeres que cada día, como ella, luchan por vencer la enfermedad.

“Soy una guerrera, como tú, como mi familia, como mis amigos, como los tuyos. Somos guerreros y los guerreros luchan para ganar batallas. Esta batalla es nuestra“, Ana del Fraile.

“We can be heroes” es un grito de guerra

La asociación vallisoletana se ha convertido en un arma contra el cáncer. Como reflejo de ellos está la beca de 30.000 euros que acaba de conseguir para investigar sobre la influencia del cáncer de mama y el embarazo. El objetivo de este proyecto, en colaboración con el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, es conocer los efectos secundarios de los medicamentos y, en especial, estudiar la influencia del embarazo en el grado de susceptibilidad de padecer cáncer de mama.

Presentación de la beca de investigación el 21 de julio de 2017.

Es algo que conoce de primera mano una de sus fundadoras, Ana del Fraile. Al año se diagnostican unos 26.000 nuevos casos de cáncer de mama y Ana fue una de ellas. Tenía solo 27 años. Un 11 de octubre, víspera de su cumpleaños, recibió una llamada del hospital. Cuatro días después se encontraba esperando para acudir a su cita de “patología mamaria”; «sabía que algo pasaba, pero nunca se esperaba un diagnóstico tan devastador; “Casi cinco meses fueron los que estuve creyendo que el bulto que tenía en el pecho izquierdo no era nada. Desde junio hasta el 15 de octubre. Tuve que insistir a la doctora para que me realizase una biopsia. Me llamaron para citarme el lunes 15 en “Patología Mamaria”. A mí me sonó a ciencia ficción… ¿Patología mamaria? Algo pasaba, pero nunca te esperas algo así… “, comenta Ana. Cuando la doctora Martín le dio el diagnóstico, no era consciente de la gravedad. No podía ser. Le hablaba de sorpresa dada su juventud, de tumores…Como suele pasar con este tipo de enfermedades, nunca piensas que te puede pasar a ti.

Ana del Fraile fundadora de We can be heroes.

Fue entonces cuando la doctora le hablo del tratamiento, la palabra quimioterapia le paralizó, cayó sobre Ana como un jarro de agua helada. Tenía cáncer, y aunque un diagnóstico temprano y los tratamientos actuales son muy efectivos, nunca son garantía de curación. “Lloré mucho ese día. Y alguno más. Llorar es sano, es humano y sienta divinamente. Pero pronto tiene que salir de ti esa parte guerrera, esa parte de héroe que te haga ir a por todas”. Y dicho y hecho, tras el shock inicial, Ana comenzó la carrera de su vida, mejor dicho, de salvar su vida. Profesional de la comunicación, nunca jamás se enfrentó a una situación más complicada que la de comunicar su enfermedad y ayudar a su entorno a normalizar la palabra cáncer.

Ana junto a su padre Teo, una de las fotos preferidas de Ana.

Si, tengo cáncer.

En su familia, pilares básicos en su vida, encajaron la noticia cada uno a su manera. Su padre, Teo, -el jabato, como le llama ella- jamás perdió la sonrisa y se convirtió en un pilar fundamental durante el tratamiento; también Belén, mujer de su padre y, como ella dice, su segunda madre. Belén es médico y desde el principio sabía que el diagnóstico de Ana no sería el más deseado. Mamen, su madre, frágil, y tierna, encajó peor la noticia; “Toda la bondad de mi madre es equivalente a su fragilidad. Para ella, mi enfermedad fue un durísimo golpe que no supo afrontar”, recuerda Ana . Sin embargo, Nacho, su hermano mayor, le dio una inyección de energía y vida; “Él ha sido el artífice, entre otras cosas, de la fiesta de pelucas en la que se convirtió mi casa esas navidades, o de los ‘caprichos oncológicos’, porque ‘la niña tiene cáncer’ (me traía regalitos cada dos por tres). Jajaja ¡Me muero de risa recordando sus perlas!”.

Nacho, Mamen y Ana cuando estaba en pleno tratamiento.

Comienza el tratamiento, comienza la temida quimio.

Ana recuerda el 28 de noviembre como día difícil de olvidar. Primer día de un duro tratamiento que se extendería hasta cinco años en el tiempo. Con un comienzo muy temido por todos los enfermos de cáncer como es la quimioterapia. “No sé si seré capaz de expresar con palabras el pánico que tenía. Era un grado superlativo de asustada. Una palabra no inventada aún. ¿Dolerá? ¿Qué efectos secundarios tendré? ¿Cuánto tiempo tengo que estar conectada? Cómo se me caerá el pelo? …¿de golpe? Cientos de preguntas rondaban por mi cabeza. Esa noche ni dormí”. Estas palabras de Ana vienen acompañadas de una de sus compañeras de viaje, su madre Mamen.

Primera sesión de quimioterapia.

Ella le acompañó en la primera sesión, igual de asustada o más que su hija. Fue desde el inicio cuando Ana se percató de uno de los molestos síntomas de la quimio desde el primer día: la mucositis, una infección de la boca producida por la toxicidad de la quimioterapia y que provoca llagas y úlceras. Ese y el resto de los días en el hospital de día a Ana le daban hielo en un guante de látex para chuparlo y evitar las llagas o polos de hielo de sabores, lo que ha hecho que Ana odie los refrescos de cola, le recuerdan a esos momentos…Y como Ana es una HEROÍNA, hasta da lo negativo consigue darle la vuelta y sacar una ventaja y encima compartirlo con los demás, sino no sería un hecho heroico.

Ana junto a su amiga Ale en una se las sesiones de quimioterapia.

Una de las razones de “ We can be heroes”.

Pensar, buscar y encontrar la solución a chupar un guante de látex. Así surgieron los chupa-chups de hielo para que las mujeres en tratamiento de cáncer de mama puedan chuparlos durante la quimio y evitar algunos efectos inmediatos como son las llagas. Gracias a la colaboración de la Dirección General de Industria e Innovación Tecnológica de Castilla y León y del equipo de investigación BISITE de la Universidad de Salamanca, ya son una realidad y se reparten en los hospitales de Valladolid junto con una manta y un abanico para hacer más confortables las sesiones y un pañuelo diseñado por Esther Noriega para aquellas que quieran cubrir sus cabezas , en ocasiones sin pelo, por el tratamiento.

Chupa-chup de hielo de We can be heroes.

Conseguir llega a la meta nunca es fácil.

La historia de Ana es la de millones de mujeres en el mundo: la de la lucha por vencer el cáncer de mama. Sesiones durísimas de quimioterapia, convivir con la enfermedad, las secuelas físicas y psíquicas, el normalizar con el entorno la enfermedad situación y conseguir la meta; vencer y sobrevivir…Pero el caso de Ana es especial. Se ha enfrentado a la enfermedad, no solo para lograr vencerla, si no para sacar el lado positivo y conseguir ayudar a más mujeres en la misma situación. Ella sabe que la vida no es perfecta. Que la vida es muy difícil. “Hay que aprovechar y saber disfrutar de los pequeños momentos bonitos que nos regala. Y de la gente maravillosa que te rodea. Si has tenido la suerte de no vivir una experiencia difícil en tu vida, no esperes a tener que vivirla para valorar lo que de verdad te hace feliz. Párate y recapacita. Y si, como yo, has tenido que pasar por algún bache, vuélvete a parar y piensa con mayor intensidad. Te recomiendo que no olvides esos momentos duros. No que te recrees en ellos, si no que no te olvides de lo que de verdad te importaba en ese momento, ni de quién estaba a tu lado”, es la humilde lección que nos da Ana del Fraile, una mujer apasionada, creativa y dispuesta a VIVIR LA VIDA de la mejor manera posible porque ella es una heroína.